sábado, 7 de agosto de 2010

Quiero pedir por los niños que nos dan besos pegoteados de caramelo y ramos de flores, que duermen con su perro
y quieren enterrar a sus pescaditos, que nos abrazan muy fuerte y que olvidan su dinero para la merienda, que riegan la pasta de dientes por todo el baño, que observan con ojos asombrados a su padre cuando se afeita y a su madre mientras se maquilla, que hacen ruido cuando toman la sopa...

Y también quiero pedir por los niños que nunca han comido postre, que no tienen cobija favorita que llevar a todos lados,
que ven a sus padres sufrir, que se acercan a nuestros coches en cada crucero pidiendo con sus ojos, que no tienen baños para asearse, y cuyas fotos aparecen en las estaciones de policía y no en las oficinas de sus padres...

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