sábado, 17 de julio de 2010


Quienes recorren barrios y asentamientos, atienden comedores y merenderos
u organizan talleres para ayudar con tiempo y esfuerzo a las familias más desprotegidas,
alertan que la situación en coronda, Dicen que los niños son, una vez más, la franja más vulnerable; que algunos ni siquiera
pueden vestirse, que no saben lo significa sentarse a una mesa familiar, tener un techo que no
se llueva cada vez que hay un aguacero o ir a la escuela sin pensar en el hambre. Pero las
denuncias también hablan de una indiferencia social creciente y de un Estado que aparece sólo
tímidamente.

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