domingo, 2 de mayo de 2010

Pensar el Bicentenario significa simultáneamente concebir un punto de llegada, un momento del presente, y un punto de partida

Pensar el Bicentenario significa simultáneamente concebir un punto de llegada, un momento del presente, y un punto de partida.
Significa pensar un modelo de país y de Nuestra América, insertos en la realidad mundial. En el conjunto de problemáticas a abordar, el insoslayable análisis histórico generará un fuerte debate con las concepciones de la historia que, al postular una visión parcializada, acrítica, neutral o avalorativa y desvinculada de lo político, resultan funcionales al sistema dominante. Desde de las Ciencias Sociales, las Letras y Artes, las diversas prácticas culturales y sociales, se trata de una reflexión sobre fenómenos actuales como los de la integración latinoamericana, el rol del Estado, la economía, los intelectuales, la identidad y los procesos políticos que se están desarrollando en el subcontinenteLa relevancia política y teórica del acontecimiento no sólo se evidencia por los múltiples emprendimientos en torno del Bicentenario, sino también en tanto la fecha convoca a una disputa por la lectura del pasado que es a la vez una lucha por el presente y el futuro. Esta “batalla cultural” implica avanzar en la constitución de espacios de confluencia con otros ámbitos y figuras, a fin de lograr un mutuo enriquecimiento.

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