sábado, 31 de enero de 2009

CUIDEMOS NUESTRO RECURSOS NATURALES



Información : Sábalo, frente al cambio hidrológico en el Paraná
Hay preocupación por una eventual disminución en el desove y número de sábalos nacidos. Una especialista explica cómo la bajante podría alterar los ciclos reproductivos de esta especie.El sábalo es uno de los elementos clave dentro de la cadena ictícola de la cuenca del Plata. Sus huevos y larvas son la base alimentaria de muchas otras especies (surubíes, dorados, etc.), lo cual contribuye al equilibrio del sistema biológico. Su elevado valor comercial, por otra parte, lo convierten en un preciado recurso alrededor del cual giran -y con frecuencia colisionan- muchos intereses económicos, turísticos, sociales y ambientales.La extraordinaria bajante del Paraná registrada en los últimos meses despertó distintas inquietudes y preocupaciones sobre las alteraciones en los ciclos de reproducción del sábalo y otras especies ictícolas. A ello puede añadirse, como factor relacionado, la finalización de la veda pesquera en la provincia y la inminente reapertura de las exportaciones de pescado. En el centro de este complejo cuadro de situación, aparece la imperiosa necesidad de preservar un recurso natural valiosísimo.Las variaciones en el ciclo hidrológico involucran el comportamiento del río, los desplazamientos migratorios y las estrategias adaptativas de las especies al medio. En este contexto, la bajante del Paraná produciría alteraciones en el ciclo reproductivo del sábalo. “Hablamos de una especie íctica muy ajustada al ecosistema: si no dispone de detritus para alimentarse, no se alimenta, al no ser capaz de cambiar su dieta. Hay otras especies que sí tienen más adaptabilidad, pero el sábalo está muy acostumbrado a su hábitat natural”, afirmó a El Litoral la Prof. Elly Cordiviola, investigadora independiente del Instituto Nacional de Limnología.Oscilaciones“Tomemos el Paraná -que es un típico río con llanura aluvial- y veamos su zona de islas y lagunas. Los huevos son depositados en los cauces dos o tres días antes del pico de crecida. Así, al eclosionar las larvas son arrastradas hasta lagunas de desborde. De alguna manera, este movimiento de arrastre se ve alterado ahora con la bajante, al no ocurrir el pico de crecida estival. Hay que considerar además que el sábalo empieza a prepararse para el ciclo reproductivo en septiembre, pero el pico de reproducción se da en enero”, explicó la investigadora.El sábalo requiere para su reproducción normal de las oscilaciones naturales del nivel del río. Hoy, con la bajante pronunciada, la cosa cambia. “Por un lado está la oscilación hidrológica, es decir las fluctuaciones en la altura del río. Y, por otro lado, hay que considerar la temperatura. Oscilaciones y temperatura del agua son dos factores de incidencia directa en el ciclo reproductivo del sábalo”, explicó Cordiviola. Si no se produce esa oscilación, la reproducción podría no ocurrir.El desoveSe sabe que, durante su pico de crecida, el río inunda la zona de desborde (lagunas, arroyos, etc.). “Si esa crecida natural no es suficiente para que se inunde la zona de islas y lagunas en el momento justo, el desove no es exitoso. Por tanto, sería muy probable que haya alteraciones en este fenómeno”, explicó la especialista. “Pongamos por caso que una hembra desove un millón de huevos; no van a nacer un millón de “sabalitos’, el número será mucho menor. Cuando no se produce esa conexión entre el río y la zona de desborde, seguramente aparecerán problemas en el proceso de desove”, graficó Cordiviola.Debe mencionarse además un fenómeno conocido como reclutamiento: “Esto es, nace una clase anual de sábalos en el 2009, que tendría que estar fértil recién en 2011 ó 2012. Si esta clase 2009 falla o es escasa, serán menos los peces vivos. Habría que ver cómo será la reproducción dentro de dos o tres años. Ahí podrían aparecer algunos problemas”, estimó la especialista.Otro factor que juega un papel importante es la alimentación: “El sábalo, ya al poco tiempo de haber nacido, cambia su régimen alimentario: no come plancton, sino detritus (materia orgánica en descomposición) sobre todo de fitoplancton (algas microscópicas). Pero todo esto es el sustento productivo que está en el valle (en la zona de islas y cursos menores, lagunas etc.), no en el cauce; por eso, la crecida anual es una renovación necesaria para el río y sus cursos de agua, algo fundamental para que la reproducción de peces se reinicie”, explicitó la especialista. Si esto no ocurre, todo el sistema se vería alterado.

No hay comentarios: