LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA Y EN LA INFANCIA
Según Foucault, existen una serie de factores cotidianos de mayor o menor gravedad, que define “bipoder” como una serie de fenómenos importantes a saber, como el conjunto de mecanismos por medio de los cuales, aquellos que en la especie humana, constituyen sus rasgos biológicos fundamentales, podrán ser parte de una estrategia general de poder.
Lo significativo es que el 60% de los homicidios se producen a manos de desconocidos entre si, permitiendo ver que las disputas o diferencias de distinto tipo entre personas se resuelven de esta forma, y si nos remitimos a violencia familiar el 25% de las mujeres mueren a manos de sus cónyuges o parejas. Es por esto, que la violencia en sus diferentes índoles forma parte de la regulación de la vida de la población. Sobre todo, la violencia que se manifiesta como presión o amenaza entre adolescentes varones sobre mujeres con sus consecuencias.
Según Foucault, existen una serie de factores cotidianos de mayor o menor gravedad, que define “bipoder” como una serie de fenómenos importantes a saber, como el conjunto de mecanismos por medio de los cuales, aquellos que en la especie humana, constituyen sus rasgos biológicos fundamentales, podrán ser parte de una estrategia general de poder.
Lo significativo es que el 60% de los homicidios se producen a manos de desconocidos entre si, permitiendo ver que las disputas o diferencias de distinto tipo entre personas se resuelven de esta forma, y si nos remitimos a violencia familiar el 25% de las mujeres mueren a manos de sus cónyuges o parejas. Es por esto, que la violencia en sus diferentes índoles forma parte de la regulación de la vida de la población. Sobre todo, la violencia que se manifiesta como presión o amenaza entre adolescentes varones sobre mujeres con sus consecuencias.
Por ejemplo, la iniciación sexual de muchas de ellas resultó bajo presión, obligadas con amenazas sobre abandono y otros en la coerción sexual.
Estos modos impuestos a las mujeres en su adolescencia, no son elementos naturales y se refuerzan en su adultez llevando efectos dominantes de ese mito histórico social.
En la formación de los niños, la educación promueve formas de sentir y pensar, por lo que las sociedades se perpetúan en estas formas institucionales. Sobre estos modos diferentes de sentir de cada uno de ellos, se incluirán en la realidad, como también en su relación con los otros, además de cómo se relaciona consigo mismo en relación a su cuerpo, sus limitaciones, sus deseos, etc.
Es el varón quien se cree con más derecho que la mujer, y hace valer su jerarquía imponiendo en muchos casos su lógica sexista. Es por esto que la mujer no puede escapar, en su gran mayoría, a los modelos de belleza imperante, los cuales las proyectan a conseguir mejores empleos, sobrepasando esto a la capacidad, lo cual es solo un ejemplo de discriminación de género.
La violencia ejercida sobre mujeres y niños por varones jóvenes y adultos parte también de las frustraciones de estos últimos, provenientes de un sistema que los manipula.
En la formación de los niños, la educación promueve formas de sentir y pensar, por lo que las sociedades se perpetúan en estas formas institucionales. Sobre estos modos diferentes de sentir de cada uno de ellos, se incluirán en la realidad, como también en su relación con los otros, además de cómo se relaciona consigo mismo en relación a su cuerpo, sus limitaciones, sus deseos, etc.
Es el varón quien se cree con más derecho que la mujer, y hace valer su jerarquía imponiendo en muchos casos su lógica sexista. Es por esto que la mujer no puede escapar, en su gran mayoría, a los modelos de belleza imperante, los cuales las proyectan a conseguir mejores empleos, sobrepasando esto a la capacidad, lo cual es solo un ejemplo de discriminación de género.
La violencia ejercida sobre mujeres y niños por varones jóvenes y adultos parte también de las frustraciones de estos últimos, provenientes de un sistema que los manipula.
Siempre hay un ser mas débil que el sistema prepara para ser victimizado, es por esto que también algunas mujeres violentadas y castigadas descargan su frustración sobre sus hijos.
De los que se desprende un juego de jerarquías, donde uno domina y otro obedece y esto es socialmente aceptado.
En que medida actúan las instituciones para que esto deje de producirse? Si observamos los resultados veremos que actúan poco o nada, ya que no hay políticas educativas al respecto, y mientras esto no suceda continuaremos con una cultura de sometimientos.
Reflexionemos sobre la articulación entre violencia y educación:
En la escuela se observan distintos actos violentos entre niños y adultos y entre adultos y adultos, y debemos partir de la base de que el conflicto y el malentendido son esencialmente humanos, y no hay vida personal e institucional sin conflictos.
En que medida actúan las instituciones para que esto deje de producirse? Si observamos los resultados veremos que actúan poco o nada, ya que no hay políticas educativas al respecto, y mientras esto no suceda continuaremos con una cultura de sometimientos.
Reflexionemos sobre la articulación entre violencia y educación:
En la escuela se observan distintos actos violentos entre niños y adultos y entre adultos y adultos, y debemos partir de la base de que el conflicto y el malentendido son esencialmente humanos, y no hay vida personal e institucional sin conflictos.
Los padres son los que se encuentran comprometidos con esta primera enseñanza violenta o no.
A esta violencia podríamos llamarla primaria, sometiendo al sujeto a una inevitable socialización en el orden humano.
La escucha de los padres se reduce a lo que quieren oír, mas que a lo que el niño quiere expresar, de no ser aceptado por los adultos no insistirá en su pregunta.
La institución escolar, no esta preparada para escucharse y escuchar a los niños, reconociendo que el niño se enfrenta a distintos silenciamientos en el hogar como en la escuela.
No existe lugar para otros enunciados que la escuela no considera y que quizás no se relacionen con lo mas vital del niño o adolescente. Cuando no se puede hablar, el sujeto se siente impotente ante la dureza del sentido cerrado del otro y esa impotencia es causa frecuente de violencia.
Es necesario multiplicar los modos de expresión de niños y adultos en las instituciones a partir de espacios para la reflexión y expresión de afectos, lo que permitirá reducir la violencia
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